Historia

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Breve historia del PSOE en Aragón, 1891-1983

La primera Agrupación Socialista de Aragón fue creada el 17 de febrero de 1891. La presidió Matías Pastor, que con anterioridad había participado en el Congreso fundacional de UGT. Esa agrupación quedó domiciliada en la calle Boggiero número 73 de Zaragoza.

Un nuevo ciclo organizativo del movimiento obrero en general se inició hacia 1916, con los primeros efectos de la Gran Guerra en la economía española. En agosto de 1917, en el comité de huelga de Zaragoza, los socialistas están representados por Isidoro Achón. La elección en noviembre de 1918 de seis parlamentarios socialistas supuso un reforzamiento de la política nacional del P.S.O.E. Se reaviva la actividad de la agrupación socialista de Zaragoza, en la que ingresan prestigiosos líderes cenetistas como Lacort, Ginés y Auqué. Durante 1918 y 1919 se asiste en la práctica a una refundación del P.S.O.E. y de la U.G.T. en Aragón. Los socialistas aragoneses acuerdan no adherirse a la III Internacional y en el Congreso de 1921 son doscientos los militantes al tanto del pago de sus cuotas.

Pero en la dura lucha social que caracteriza los años 1920-1923, muy aguda y evidente en Zaragoza, los planteamientos políticos y reformistas del Partido Socialista no tienen un campo especialmente abonado. En Zaragoza, patronal y trabajadores se enfrentan directamente, por encima de toda mediación política.

Una implantación más extensa y una consolidación de las organizaciones socialistas en Aragón habrá de esperar a los días de la II República, en cuyas vísperas (1930) nacen los periódicos semanales “Vida Nueva” (Zaragoza) y “Adelante”  (Teruel), órganos de expresión del P.S.O.E. y de la U.G.T. Tras la proclamación de la II República, una de las fuerzas políticas que mejor va a adaptarse a la nueva situación, consolidando su organización, es el Partido Socialista Obrero Español (P.S.O.E.), que aparece como el partido mejor organizado y coherente del espectro político español en 1931. El P.S.O.E. participó en el gobierno provisional republicano y, tras las elecciones generales de junio, donde se configura con 116 diputados como la primera minoría parlamentaria, participa durante el bienio 1932-1933 en los gobiernos de coalición con el republicanismo de izquierda apoyando a Manuel Azaña.

La crisis gubernamental de 1933 y las posteriores elecciones trajeron consigo la instauración del denominado «bienio negro» (1934-1935). Los problemas agrarios, por ejemplo, siguen sin resolverse eficazmente y en junio de 1934 se produce la huelga general campesina con repercusiones en Aragón, especialmente en Cinco Villas-Borja. Un mes antes había tenido lugar en la ciudad de Zaragoza, con apoyo socialista, una larga huelga general de treinta y seis días. Esta escalada de oposición a la política gubernamental de derecha tiene su momento álgido en octubre de 1934, provocándose un movimiento insurreccional que dio lugar a la destitución de cargos públicos socialistas y a una fuerte represión.

En Aragón, siguiendo el ejemplo estatal, durante las elecciones de febrero de 1936, un sector de las Juventudes Socialistas se pronunció primero por la política largocaballerista, para acabar acercándose a las posiciones del Partido Comunista, casi inexistente en Aragón. Este núcleo se aglutina en 1936 alrededor del semanario zaragozano Vanguardia, portavoz de las ya denominadas Juventudes «marxistas-leninistas». Su implantación venía a representar en Aragón alrededor de la tercera parte de la militancia, desarrollándose durante estos meses una dura pugna entre ambas posiciones, de la que es una muestra el boicot al mitin de Prieto por los largocaballeristas en Ejea en mayo de 1936. A la postre el debate iba a proseguir bajo el cruel escenario de una Guerra Civil propiciada por el levantamiento de un sector del ejército en julio de 1936. La división del frente de guerra partió Aragón en dos mitades, con graves e irreparables consecuencias bañadas en sangre. Una gran parte de las organizaciones socialistas en Aragón quedaron desmanteladas.

Los socialistas aragoneses se llegaron a dotar, en plena década de 1940, de una estructura orgánica vertebrada en torno a un Comité Regional en Zaragoza. E incluso llegó a funcionar un aparato de prensa y propaganda, apoyado por el viceconsulado de Gran Bretaña en la capital del Ebro. Sorprende que esto pudiese suceder en un territorio atravesado de norte a sur por una enorme cicatriz durante la Guerra Civil y por una implacable represión, concienzuda y selectiva, que ocasionó el desmantelamiento de las organizaciones socialistas aragonesas. La mayoría de los cuadros socialistas durante la etapa republicana, incluyendo a muchos alcaldes durante el “terror caliente” del verano de 1936 o más tarde con ocasión de la ruptura del frente en marzo de 1938, fueron asesinados.

En los intentos de reconstrucción del PSOE aragonés durante la inmediata posguerra participaron varios socialistas vascos, algunos de los cuales cumplían condena en la cárcel de Zaragoza-Torrero, sin que tampoco faltasen antiguos cenetistas que confluían en su acendrado anticomunismo con aquellos socialistas de posguerra. Se cimentaron contactos con Toulouse a finales de 1944 gracias a la labor de enlace de Pascual Marco, que poseía una academia de conductores y pudo moverse durante algún tiempo con cierta libertad por el norte de España e incluso llegó a atravesar los Pirineos con algún guerrillero asturiano a bordo de su coche. Fue Marco quien selló el vínculo entre la Ejecutiva de Toulouse y la organización aragonesa aunque, contra lo que pudiera parecer lógico, no se trabaron vínculos específicos con Arsenio Jimeno, el aragonés que formaba parte de aquella ejecutiva.

En este alborear socialista incidió la esperanza de que la derrota del fascismo en la Segunda Guerra Mundial redundase en un derrocamiento de la dictadura franquista. Luego la Guerra Fría trastocó las expectativas y ayudó a que las democracias europeas transigiesen con el franquismo. Además, se produjeron detenciones estratégicas en Zaragoza a lo largo de 1946 y 1947, preludio de la desarticulación total tras la caída de febrero de 1948.

A partir de 1960 se produjeron tímidos rebrotes socialistas sobre la base de un grupo estudiantil de Juventudes Socialistas que se creó en la Universidad de Zaragoza. A pesar de su debilidad intrínseca, lograron que el PSOE del interior, entonces liderado por Ramón Rubial, celebrase en Zaragoza un Comité Nacional el 12 de octubre de 1964, haciéndolo coincidir con el bullicio y aglomeración de las fiestas del Pilar para levantar menos sospechas y pasar más desapercibidos.

El tímido rebrote socialista de la década de 1960 apenas pudo apoyarse en una debilitada UGT zaragozana cuya propaganda se centraba en el reconocimiento del derecho de huelga y en denunciar el incremento del coste de la vida tras el Plan de Estabilización de 1959. Fue Juan Bravo quien reactivó mínimamente a la UGT en Aragón a partir de 1962, ayudado por José Landa, fabricante de calzado que contrató a Bravo como representante de sus productos para toda la región, por Adolfo Barbacil, quien le ofreció empleo en su tienda de licores, o por Manuel Ibort, quien ponía a disposición su casa para esconder a cualquier compañero.

Los primeros contactos para reorganizar el PSOE en Aragón tuvieron lugar en 1972  con activa participación de los hermanos Sáenz Lorenzo, el médico Armando Peruga o Guillermo García Pérez, profesor en la Escuela de Peritos, que conocía a Tierno Galván y se apoyó en unos cuantos ex alumnos políticamente inquietos (Antonio Aznar, Francisco Pina, Antonio Piazuelo, Eusebio Hernández…). Pero las conversaciones exploratorias mantenidas con Tierno en 1973 no resultaron fructíferas. Hubo que esperar al Congreso de Suresnes en octubre de 1974 para afianzar vínculos con interlocutores claramente delimitados. Al grupo inicial de militantes se agregó el veterano Julio Molinero (“Gerardo”), que había compartido prisión con Ramón Rubial.  A su vez, Gerardo facilitó puentes de conexión con los viejos militantes Manuel Canteli y Pascual Marco. A finales de 1974 acudieron a Zaragoza tanto Enrique Múgica como el vizcaíno Eduardo López Albizu y el asturiano Cordero, y esas reuniones fueron preludio de la reconstitución formal del PSOE en Aragón durante los primeros meses de 1975. Si hemos de citar una asamblea inaugural que dio carta de “oficialidad”, todavía en clandestinidad, al socialismo aragonés fue la celebrada en el Mesón de Enate, perteneciente a la familia de Armando Peruga. De allí, en las inmediaciones de Barbastro (Huesca), salió un primer entramado orgánico liderado por Guillermo García como Secretario General.

El domingo 16 de enero de 1977 organizó un mitin el PSOE Histórico  en el salón de actos del Casino Mercantil de Zaragoza. En el escenario se colocaron siete fotografías de antiguos dirigentes del PSOE, entre otras las de Pablo Iglesias, Indalecio Prieto, Largo Caballero y Julián Besteiro. Es sintomático que, en un extremo de la mesa, figurase un busto de Joaquín Costa. En lo referido al PSOE renovado, el salido de Suresnes, no fue hasta el 17 de febrero de 1977 cuando se inscribió en el registro de partidos políticos del Ministerio de la Gobernación. Una vez legalizado, el PSOE pensó en organizar en Zaragoza un gran mitin en marzo de 1977, a modo de presentación ante la opinión pública, pero encontraba dificultades para obtener locales donde celebrar los actos. Según apuntaba la policía, “están estudiando la elección del local: en principio habían pensado en el Polideportivo del Colegio Mayor La Salle, pero el director de dicho centro no es partidario de que en él se celebren actos políticos después de la experiencia sufrida con el celebrado por el PSA, debido a los desperfectos causados en el local y a las amenazas telefónicas recibidas de la extrema derecha”. Además, los dirigentes del PSOE tenían problemas con la comunidad de propietarios donde se ubicaba la sede del Partido, en pleno Coso zaragozano, desde que, a raíz de la legalización, colocasen en el balcón del local una pancarta con las siglas PSOE: “El Presidente de la comunidad de propietarios les transmitió la prohibición de colocar ningún anuncio o cartel exterior, alegando que ello supondría ataques por parte de grupos políticos de otra ideología, aparte de que el local fue alquilado para el Centro de Estudios Jaime Vera y no para el PSOE”. La presentación pública se hizo finalmente en el Casino Mercantil de Zaragoza el 25 de marzo de 1977.

Los partidos políticos, tras tres comicios celebrados ya en democracia (1977, 1979 y municipales de 3 de abril de 1979), empezaban a tener bien engrasadas sus maquinarias electorales. Las elecciones generales de 28 de octubre de 1982 tuvieron una alta participación (casi un 80%), claro síntoma de apoyo al proyecto de cambio emprendido y de rechazo a las amenazas involucionistas del 23 F. Más de diez millones de ciudadanos otorgaron su confianza al PSOE. En Aragón barrió, con varios puntos por encima de la media nacional y 9 diputados de entre los 14 escaños en disputa.

Los socialistas aragoneses aspiraban a saber beneficiarse en las autonómicas de 1983 de la capacidad de arrastre del liderazgo de González, de la ola bonancible y de unos aparatos mediáticos que desarrollaron una interesante política de comunicación. Y lo consiguieron: en las primeras Cortes de Aragón, formadas tras los comicios de 8 de mayo de 1983, el PSOE contó con la mitad de los escaños. Los socialistas ganaron las tres diputaciones provinciales y el Gobierno de Aragón, convirtiendo a Santiago Marraco en el primer presidente de Aragón elegido de manera directa por las urnas.