![]() |
Artículo publicado en Heraldo de Aragón, el 1 de octubre de 2025 Fernando Sabés, portavoz socialista en las Cortes de Aragón |
El pasado domingo, Jorge Azcón aplaudía en Murcia las palabras de Alberto Núñez Feijóo en las que resucitaba, de nuevo, el trasvase del Ebro. El PP vuelve a tropezar en las piedras que colocó Aznar en el año 2001 con su proyecto de conexión de cuencas hídricas.
Afortunadamente para nuestro medio ambiente, y para el futuro de Aragón, aquel mal llamado Plan Hidrológico fue enterrado por el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero. Desde entonces, las presiones de la derecha al respecto han pasado de ser intermitentes a continuas.
Hay un hecho nuevo que ha agravado la situación. La ultraderecha de Vox defiende con claridad la política de trasvases. En Murcia, los de Santiago Abascal han permitido la aprobación de los presupuestos de la Comunidad con condiciones, escritas y no escritas, a las que no son ajenas esas pretensiones de colonialismo hídrico. Los intereses mutuos que comparten las derechas para impulsar el trasvase del Ebro son el mayor riesgo que hoy tiene Aragón.
Escucharemos de nuevo a los dirigentes conservadores de Aragón negar a su jefe, sin renegar de lo que dijo. Harán jirones sus vestiduras aragonesas para perjurar que no se hará lo que seguro ejecutarán si llegan al poder. Saben muy bien que, en esta tierra, con los votos de comer y beber no se juega.
Resulta chocante que el señor Azcón se haya convertido en un hombre anuncio de inversiones con muchos ceros, pero de escasa realidad. La base de Aragón siempre se asentará en torno a las necesidades presentes y futuras de agua. El equilibrio de nuestro territorio se sustenta en un conjunto de factores que debe vertebrar todos los sectores productivos. La agricultura y la ganadería, el sector industrial y el turismo deben tener en cuenta el reparto ordenado de recursos que afectan, también, a Teruel y Huesca además de Zaragoza. Lo que no es compatible son las supuestas inversiones millonarias que anunció el señor Azcón en el debate del estado de la Comunidad, con una política de trasvases con la que nos amenaza su partido.
En la reunión de Murcia, los representantes del PP volvieron a ceder ante una ultraderecha que les está quitando votos. Es una fuga electoral que facilitan los conservadores, al mimetizarse como una fuerza de derecha extrema. Les recordaba en el debate la fábula de la rana y el escorpión. Al final, la lucha de picotazos y venenos puede hacer que las y los aragoneses nos quedemos sin agua para nadar y para beber. Esa es la contradicción que puede ahogar nuestro futuro desarrollo.
El jueves, en nuestro parlamento, se votan las conclusiones del pasado debate. Desde el PSOE hemos presentado una resolución que rechaza con rotundidad la propuesta de trasvase que se hizo el pasado domingo en el cónclave del PP. Esperamos que el presidente de Aragón reconozca que se equivocó al ejercer de palmero murciano del señor Feijóo, en su ímpetu a favor del trasvase, y se oponga a esta infamia. Tiene la oportunidad de votar en este sentido junto a todos los grupos que vamos a seguir rechazando el trasvase del Ebro.
Por desgracia, vuelve a ser necesario expresar, desde la solidaridad, la defensa de nuestros recursos. La carta de intenciones que ha aprobado el PP este fin de semana es algo más que una mera declaración. Es toda una provocación. Porque, para las derechas, el trasvase siempre llama dos veces, como mínimo.