Artículo publicado en Hoy Aragón, el 23 de enero de 2018 Por Darío Villagrasa, diputado del PSOE y portavoz de Cultura en las Cortes Aragón |
Hace pocos días, los aragoneses tuvimos la oportunidad de ser los anfitriones de los Premios Forqué.
La vigesimotercera edición recaía en la ciudad de Zaragoza, donde ante un auditorio de más de mil cuatrocientas personas, productores, guionistas, actores, actrices, sector y gentes de la cultura se daban cita para disfrutar de los premios de cine más tempranos del año con un toque aragonés.
Un hecho promovido por el Gobierno de Aragón, retransmitido por Televisión Española, que no sólo sitúa a nuestra tierra como epicentro y actor principal en el sector cultural, sino que corona una política de hechos y de presupuestos llevada a cabo por el ejecutivo PSOE-CHA desde el inicio de legislatura.
Estábamos acostumbrados a escuchar y leer mucha teoría sobre la cultura aragonesa, no recabando en las verdaderas potencialidades de todo el sector, su talento y la capacidad de generar una marca propia de Aragón como una comunidad de vanguardia.
Las artes escénicas, audiovisuales, plásticas, el sector del libro o la nueva dinámica como política cultural han sido los ejes vertebradores de un Gobierno que por convicción ha considerado la cultura como un elemento fundamental para los aragoneses y para nuestro territorio. Una prioridad política desde el primer minuto.
Porque cuando hablamos de cultura, hablamos de industria, de sector profesional, de igualdad de oportunidades o de acceso a la misma por parte de los habitantes de los 731 municipios de Aragón.
Y la posibilidad de que además de disfrutarla, en un futuro un habitante del Barrio de La Jota, del Pirineo, del Jiloca o de los Monegros pueda dedicarse profesionalmente a ella. Y las palabras, en un ejercicio de coherencia, deben seguir precedidas de los hechos.
Si en campaña electoral, los socialistas apostamos inequívocamente por la cultura, en los presupuestos de 2017 se alcanzaron niveles históricos en políticas de fomento cultural.
Dejamos atrás las faraónicas exposiciones que pretendían justificar una política errática durante la etapa del PP-PAR y dimos paso a la dignificación del sector.
Con hechos plasmados en los presupuestos. En artes audiovisuales se pasaron de los 40.235 euros presupuestados por el PP-PAR (2015) a los 569.161 euros (2017) por el PSOE-CHA, sumado a más de 200.000€ para artes plásticas, sector editorial o más de un millón de euros para las artes escénicas y la danza.
Hechos, insisto, a los que añadir una política y agenda propia del Gobierno de Aragón. La dinamización del Museo IACC Pablo Serrano, la constitución e impulso de los rodajes a través de una ‘Film Commission’ aragonesa o la creación de un Consejo de la Cultura con más de cincuenta reuniones del sector.
Son alguno de los hechos, que muestran el verdadero potencial de la cultura, que además de ser un sector económico y profesional, imprime en todo individuo la capacidad creativa y autocrítica, el conocimiento y la ampliación de todo tipo de fronteras.
En el borrador de presupuestos de 2018, continúa esta dinámica, de apostar por cultura como un valor en sí mismo y como marca propia del Aragón del siglo XXI.