El presidente de Aragón propone profundizar en la promoción conjunta del Pirineo para convertirlo en un gran destino turístico

Iglesias señala que la Travesía ferroviaria por el Pirineo Central convertirá a Aragón y Cataluña «en referente europeo de desarrollo socioeconómico»

El presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, ha planteado «reforzar la imagen de conjunto del Pirineo como destino turístico de primer orden en nieve, montaña, turismo rural y cultural, puesto que es una línea de acción política estratégica para Aragón y Catalunya”. Según ha destacado Iglesias, «los servicios, con el turismo a la cabeza, son el sector más importante de la economía aragonesa con más de un 60 % del PIB y del empleo”. Por ello, a juicio del presidente, «las estaciones del Pirineo, catalanas, andorranas y aragonesas” deben ser «capaces de cooperar y de generar una imagen de marca de calidad y que nos convirtamos en la referencia en el mundo de los deportes y del turismo de invierno para el sur de Europa”.

«Todas estas actuaciones”, ha asegurado, en alusión al desarrollo socioeconómico en el Pirineo, «nos permitirán concordar la conservación de los valores de las zonas de montaña con el bienestar sostenible de sus habitantes”, porque, según ha asegurado, «sin una economía que genere trabajo para nuestros jóvenes, tampoco el mantenimiento de un medioambiente tan excepcional será posible”.

El presidente de Aragón, Marcelino Iglesias ha hecho estas declaraciones con motivo de su participación en el Foro del diario Segre de Lleida, donde ha pronunciado una conferencia en la que ha hablado de las relaciones entre las provincias de Huesca y de Lleida, de la cooperación que existe entre ambos territorios y de los retos que existen para fomentar el desarrollo económico de los municipios.

TRANSPORTE Y LOGÍSTICA

En materia de infraestructuras del transporte y logística, Iglesias ha incidido en que Catalunya y Aragón tienen intereses comunes . Iglesias se ha referido a la Travesía ferroviaria por el Pirineo Central (TCP), a la que ha señalado como uno de los 30 proyectos europeos prioritarios y que convertirá a Aragón y Cataluña en referente europeo de desarrollo socioeconómico .

También ha recordado que la TCP cuenta con el apoyo no sólo de la Unión Europea, sino también de las Comunidad Autónomas que forman parte de la Comunidad de Trabajo de los Pirineos, entre ellas Cataluña, desde hace 15 años. «Su culminación contribuiría globalmente a un mejor funcionamiento del mercado interior europeo, con un medio de transporte de alta capacidad y sostenible medioambientalmente» , ha incidido. Finalmente, ha precisado que la TCP «supondrá un cambio de registro, pasar de ser referentes de desarrollo socioeconómico a escala nacional, a serlo a escala europea» .

BIENES ECLESIÁSTICOS

En su intervención, Iglesias ha también ha explicado que, a pesar del buen entendimiento que siempre ha habido entre las dos provincias, «actualmente existe un desencuentro en torno al patrimonio por el conflicto entre el Obispado de Barbastro-Monzón y el de Lleida que esperamos resolver pronto». En este sentido, ha reiterado de nuevo hoy que desde el Gobierno de Aragón se va a exigir el cumplimiento de la sentencia del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica de la Santa Sede y ha mostrado el respaldo a las actuaciones que lleve a cabo la diócesis aragonesa para que se ejecuten las sentencias.

El presidente de Aragón ha subrayado que «se trata de un conflicto interno de la Iglesia en el que nunca debería haber entrado la política». Ha recordado que durante muchos años, la diócesis de Lleida, realizó una labor de custodia y conservación del patrimonio eclesiástico que incluía numerosas parroquias aragonesas, en aquel momento adscritas a la diócesis catalana. «Esa fue una labor de los obispos que no debemos tener ningún empacho en reconocer, porque actuaban en la demarcación de su responsabilidad», ha dicho. Sin embargo, ha matizado que «el mismo decreto exige la devolución del patrimonio a las parroquias ahora ya de la diócesis aragonesa». En cualquier caso, Iglesias ha manifestado que este conflicto por los bienes eclesiásticos «no debería entorpecer las buenas relaciones entre nuestros pueblos».