El Presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, ha inaugurado hoy, junto a la ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, Elena Espinosa, las obras de abastecimiento de agua de boca a ocho municipios del Bajo Aragón.
El presidente ha destacado la importancia de esta infraestructura, que se une a otras grandes actuaciones en este sistema, y ha subrayado que este tipo de obras «simbolizan el compromiso del Gobierno central de dar un trato especial a la provincia de Teruel”. Por su parte, la ministra ha destacado que esta actuación se ha ejecutado en el medio rural,un hecho con el que, a su juicio, se cumple otro compromiso del Gobierno de tratar igual a la España rural y la España urbana.
La obra permite abastecer de agua de boca desde el embalse de Calanda a una población de 22.000 habitantes de los municipios de Alcañiz, Calanda, Castelserás, Valdealgorfa, Torrecilla de Alcañiz, La Codoñera, Torrevelilla y Belmonte de San José. La inversión asciende a 7,6 millones de euros y han sido financiados por parte del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino en un 85%, procedentes del tramo estatal del Fondo de Cohesión de la Unión Europea. El resto ha sido aportado por los municipios beneficiarios de esta actuación. El sistema dispone de un eje principal de 19 kilómetros que une el embalse de Calanda con Alcañiz. De este eje, se deriva el agua a Calanda y Castelserás. Y desde este último, se distribuye el agua al resto de los municipios, aprovechando un nuevo depósito de regulación. En total, las tuberías del sistema tienen una longitud de 47 kilómetros.
El Presidente y la ministra han visitado las instalaciones de la Confederación Hidrográfica del Ebro en el embalse de Calanda y la planta potabilizadora.
El presidente y la ministra se han referido también a la petición desde algunas comunidades autónomas de recuperar el trasvase del Ebro. Elena Espinosa ha recordado que esta infraestructura «no se justifica ni ambiental ni económicamente” y que «no se debe desterrar algo que lleva enterrado hace tiempo”. En este sentido, Marcelino Iglesias, se ha referido a la «frivolidad” con la que algunas comunidades autónomas tratan el tema del agua cada vez que los pueblos y agricultores aragoneses sufren una riada.