El 9 de mayo de 1950 nacía la Europa comunitaria, en un momento en el que -conviene recordarlo- la amenaza de la guerra se cernía aún sobre el continente.
«La paz mundial sólo puede salvaguardarse mediante esfuerzos creadores proporcionados a los peligros que la amenazan», decía en su primera línea la Declaración de 1950, redactada por Jean Monnet y leída por Robert Schuman. La voluntad era crear una institución europea supranacional encargada de administrar las materias primas que entonces eran la base de toda potencia militar: el carbón y el acero.
La Europa de hoy es un espacio de paz y libertad que compartimos cerca de 500 millones de personas y en el que se respeta la identidad de los pueblos que la integran. En 2008 celebramos el Año europeo del diálogo intercultural, un diálogo necesario para fomentar la identidad y la ciudadanía europea.
Los países que democráticamente deciden adherirse a la Unión Europea hacen suyos los valores de la paz y la solidaridad como piedra angular de la construcción comunitaria. Estos valores se hacen realidad a través del desarrollo económico y social y del equilibrio medioambiental y regional, únicos mecanismos capaces de garantizar un nivel de calidad de vida equitativo para todos los ciudadanos y ciudadanas.
El PSOE apoya las negociaciones actuales para que Turquía, Croacia y la Antigua República Yugoslava de Macedonia ingresen en la UE cuando cumplan los requisitos, y es favorable a futuras adhesiones con potenciales candidatos de los Balcanes.
Tan importante como la estabilidad que proporcionan las ampliaciones de la UE es la que posibilita la buena vecindad con los países de nuestro entorno. Un buen ejemplo es la Unión para el Mediterráneo, que potenciará el diálogo y el intercambio entre los países de la Unión Europea y la ribera sur mediterránea.
España ha sido protagonista principal del nuevo impulso al proceso de construcción europea que culminó en el Tratado de Lisboa firmado en 2007, y en el que se recoge lo esencial del proyecto de Tratado Constitucional. La nueva reforma entrará en vigor en 2009, año en el que se celebrarán elecciones al Parlamento Europeo, una institución que acaba de cumplir 50 años.
El nuevo Tratado de Reforma mejora las actuales reglas de funcionamiento de la Unión, ampliando la democracia, promoviendo la transparencia en la toma de decisiones, expandiendo la solidaridad entre los Estados miembros y avanzando en la creación de un espacio común de libertad, seguridad y justicia -pieza clave para la lucha contra la amenaza del terrorismo-.
La Presidencia española de la UE en 2010 constituirá una nueva oportunidad para impulsar la construcción europea desde los valores y con los anhelos que siempre han caracterizado a los socialistas: avanzar en la unión política, en una Europa cada vez más próspera y solidaria, más comprometida con el resto del mundo y con mayor capacidad para promover, a escala global, la paz, la seguridad y los Derechos Humanos, así como la democracia, el desarrollo sostenible y la lucha contra el cambio climático y contra la pobreza.
Para la defensa activa de la ciudadanía y el desarrollo de la dimensión social de la Unión, queremos trasladar a Europa las políticas progresistas aplicadas con éxito en España, así como avanzar en la configuración de un gobierno social y económico europeo. Nos comprometemos a impulsar la plena aplicación de la Carta Social Europea.
Concentraremos nuestros esfuerzos en la reactivación de la Estrategia de Lisboa, para hacer de Europa la economía más competitiva y de mayor nivel de conocimiento del mundo, orientada al desarrollo sostenible con más y mejores empleos y mayor cohesión social.
El actual proceso de globalización requiere de una Unión con una sola voz en el mundo, capaz de aportar soluciones a los retos globales y a los conflictos regionales y mundiales que debemos afrontar desde nuestros propios principios. Europa no puede quedarse impasible ante el aumento de la pobreza y el riesgo de hambruna y retroceso que sufren millones de personas en el mundo.
El PSOE pondrá todo su empeño en instaurar una política de inmigración común en la UE, para desarrollar estrategias de integración, favorecer la inmigración legal, procurando la adaptación entre las necesidades del mercado laboral europeo y los trabajadores inmigrantes y luchar contra la inmigración ilegal y la trata de seres humanos.
Reforzaremos la coherencia de las políticas de cooperación al desarrollo y ayuda humanitaria en un marco compartido de acción entre la propia UE y los Estados miembros, con el objetivo fundamental de erradicar la pobreza y alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
Europa será para España el mejor aval en su acción internacional. El PSOE se compromete a hacer realidad el enorme potencial de la política exterior y de seguridad europea, su mayor coherencia y la puesta en marcha del servicio de acción exterior común que asista al Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad.
Consideramos necesaria una auténtica dimensión europea de la seguridad y la defensa. Continuaremos sosteniendo las misiones de pacificación y asistencia desplegadas por la Unión, en coordinación con la ONU, en distintas zonas en crisis, e igualmente, impulsaremos la consolidación de la Alianza de Civilizaciones de Naciones Unidas.
La UE es hoy el mayor contribuyente de cooperación al desarrollo del mundo, es un referente mundial a favor de la paz y la seguridad, y está llamada a jugar un papel sustancial en la extensión de la democracia, las libertades y el bienestar más allá de sus fronteras. En esa tarea se juega Europa su verdadera credibilidad.