Iglesias apela al talante Jaime I para arreglar conflictos Aragón y Cataluña

Iglesias recalca que es «responsabilidad de todos mantener vivo el pacto de nuestros territorios» y tiende la mano al presidente Montilla para «superar los conflictos» existentes entre Aragón y Cataluña

Poblet (Tarragona), 20/03/08.- El presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, ha usado la figura del rey Jaume I, del quien se ha celebrado en Poblet el 800 aniversario de su nacimiento, para reclamar «la buena administración del agua» y diálogo para resolver el conflicto entre los obispados de Lérida y Barbastro-Monzón.

En un su intervención, realizada en catalán y en castellano, Iglesias ha destacado que el rey supo «mantener la solidez del conjunto y el respeto a las partes» de la Corona de Aragón, además de haber buscado siempre «el pacto y su cumplimiento».

Estas facetas del legado político de Jaume I son el espejo en que, según Iglesias, se deben mirar Aragón, Cataluña y Valencia para encarar sus relaciones actuales y de futuro.

Así, ha recalcado que es «responsabilidad de todos mantener vivo el pacto de nuestros territorios» y ha tendido la mano al presidente Montilla para «superar los conflictos» existentes entre Aragón y Cataluña.

En este punto, Iglesias, y en una referencia velada al plan del gobierno catalán de trasvasar agua del río Segre al área metropolitana de Barcelona, ha pedido diálogo para alcanzar «una buena gestión del agua».

También ha asegurado que desde Aragón «vamos a aportar toda nuestra capacidad» para resolver los «problemas eclesiásticos» surgidos alrededor del patrimonio del obispado de Barbastro-Monzón que permanece en manos del obispado de Lérida.

En su discurso, el presidente aragonés ha destacado precisamente la «visión avanzada de la política» del rey Jaume I y ha sugerido que el legado del monarca y la historia pueden ser útiles «si se hace de ello un estímulo para vivir el presente y el futuro desde la pluralidad y el respeto».

Marcelino Iglesias ha hecho un retrato de Jaume I en el que ha destacado que el monarca fue el que convirtió la Corona en «una potencia mediterránea y que supo retornar al Mare Nostrum el esplendor que no había tenido desde la época de la Roma clásica».

Pero, sobretodo, ha alabado el hecho de que Jaume I respetó «el mantenimiento de la personalidad» de los diferentes territorios que conformaron su reino y que su reinado sirvió para «sentar las bases de una nueva forma de entender la pluralidad». EFE