Iglesias solicita al Nuncio que prohíba que el Museo de Lérida exhiba las piezas de las parroquias aragonesas

El Presidente de Aragón advierte, asimismo, al Administrador Apostólico del Obispado de Lérida que su actitud «no puede entenderse más que como un menosprecio público a las decisiones de la Santa Sede y una evidente desobediencia»

Zaragoza, 26/11/07.- El Presidente del Gobierno de Aragón, Marcelino Iglesias, ha dirigido hoy sendas misivas al Nuncio Apostólico de la Santa Sede en España, Monseñor Manuel Monteiro de Castro, y al Administrador Apostólico de la Diócesis de Lérida, Xavier Salinas. En las mismas advierte del malestar que en Aragón ha causado el anuncio de la incorporación de piezas propiedad de las parroquias pertenecientes a la Diócesis de Barbastro-Monzón a la exposición permanente del nuevo Museo Diocesano y Comarcal de Lérida y exige medidas inmediatas para evitar su exhibición. Asimismo, reclama la inmediata devolución de las piezas.
 
En su carta al Nuncio recuerda que el Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, mediante Decreto Definitivo dictado el día 23 de junio de 2007, puso fin a ese extensísimo litigio, confirmando en todos sus extremos lo dispuesto por el Decreto de la Congregación para los Obispos dictado el 25 de abril de 2005, que obligó al Obispo de Lérida a la entrega de las 113 piezas en el plazo de un mes, plazo amplísimamente superado a día de hoy.
 
Iglesias añade que ?consentir que algunas de estas piezas se incorporen a una exposición pública permanente en un Museo, en contra de la voluntad expresa de sus propietarios, no puede entenderse más que como un acto patente de resistencia del Obispado de Lérida al cumplimiento de su obligación y, lo que sería escandaloso, un menosprecio público por parte de miembros destacados de la Iglesia hacia las decisiones de la Santa Sede.
 
Tras recordar al Nuncio que los fondos del Museo de Lérida albergan diez mil piezas, advierte que la incorporación de piezas aragonesas de las retenidas en el Museo no podría entenderse sino como una provocación y solicita a Monseñor Monteiro que adopte las medidas que resulten oportunas para evitar, primero, que las piezas que han sido objeto de litigio se incorporen por el Obispado de Lérida a ninguna exposición pública y, segundo, que sean sometidas a ningún trámite distinto de su inmediata entrega al Obispo de Barbastro-Monzón.
 
Marcelino Iglesias concluye su misiva recordando que durante más de una década el Gobierno de Aragón ha mantenido el más absoluto respeto a las decisiones adoptadas en el orden canónico? pero considero llegado el momento inaplazable de que, una vez que la Iglesia ha adoptado su decisión definitiva, ésta se cumpla en sus propios términos y sin dilación. Si no fuese así, quedaría en entredicho la validez de aquella postura, contrastada con S.E. en múltiples ocasiones, de respeto a la jurisdicción eclesiástica.
 
 
Provocación y desobediencia
En su carta al Administrador Apostólico de la Diócesis de Lérida, el Presidente de Aragón dice: No puedo imaginarle desconocedor (de los Decretos de la Santa Sede) pero debo recordarle que usted posee esas piezas a título de depositario y está obligado a entregarlas de modo inmediato al Obispo de Barbastro-Monzón.
 
Consentir que alguna de estas piezas, que usted debería haber entregado hace ya tiempo, se incorporen a una exposición pública, en contra de la voluntad de sus propietarios, no puede entenderse más que como una provocación hacia esos legítimos propietarios y un menosprecio público a las decisiones de la Santa Sede, añade Iglesias.
 
El Presidente advierte a continuación que adoptada por la Iglesia una decisión definitiva, incumplirla supondría desacreditar gravemente el valor de esa jurisdicción. Además, el hecho de retener las piezas que está obligado a devolver sería una actitud evidente de desobediencia hacia la Sede Apostólica, actitud que reprueba expresamente el Derecho Canónico.
 
Y concluye su misiva señalando que por parte del Gobierno de Aragón aportaremos lo que esté de nuestra parte para el cumplimiento íntegro y estricto de lo juzgado por la Santa Sede. Confío en que la Diócesis de Lérida, que usted administra, haga lo propio.