En la Plaza de Toros de Zaragoza, ante unas 10.000 personas y con lleno «hasta la bandera» como dijo el candidato a la Alcaldía, Juan Alberto Belloch, Rodríguez Zapatero recordó que sus promesas sobre el apoyo a la Exposición Internacional de 2008 o la derogación del trasvase del Ebro se han cumplido.
Los proyectos en marcha, agregó ante el público que agitaba las 8.000 banderas con el logotipo del PSOE que se repartieron, le hace ser «enormemente optimista» sobre el presente y el futuro de una tierra «que crece económicamente» y que ha sabido aprovechar su potencial, «para convertir a Zaragoza en un centro de interacción que abarca a más de veinte millones de ciudadanos».
La Exposición Internacional que acogerá Zaragoza en 2008 estuvo presente en su intervención para comprometer el apoyo del Ejecutivo que preside a este evento del que saldrá «una nueva Zaragoza, más moderna y acogedora». Aseguró que tiene la «plena confianza» y «la seguridad» de que en 2008 Aragón y Zaragoza serán «el espejo de España ante el mundo».
Pero reconoció que Aragón necesita aún más comunicaciones y es «vital y decisivo» habilitar una nueva, central, con Francia, lo que ha sido «preocupación constante» de sus relaciones con el Gobierno del país vecino, aseguró.
«No voy a parar hasta conseguirlo, porque sabéis que cumplo con la palabra que doy a los ciudadano», insistió Zapatero, quien dijo de Aragón que ha sabido «construir su dignidad como pueblo, su identidad y su cultura», que se demuestra «queriendo como nadie a la tierra propia pero sabiendo que se comparte una tierra común con España».
Y finalmente instó a los candidatos socialistas aragoneses a seguir trabajando con «pasión, convicción y ganas» durante los dos días que restan para acabar la campaña.
Por su parte, Marcelino Iglesias (candidato al Gobierno) y Juan Alberto Belloch (al Ayuntamiento de Zaragoza) hicieron referencia al clima sereno de Aragón que se ha visto alterado en los últimos días por la visita, dijeron, de altos dirigentes del PP, «dos grandes crispadores» como les llamó Iglesias que sin embargo «no nos van a robar la serenidad».
Iglesias instó de nuevo a sus simpatizantes y votantes a acudir a las urnas el próximo domingo «para poder hacer una gran celebración y dar una gran lección, desde la serenidad, a toda esta gente que quiere enturbiar nuestra convivencia».
Ante las referencias al terrorismo y a la Guerra Civil del ex presidente José María Aznar, ayer en Calatayud, y las constantes referencias a ETA que hace el líder de la oposición, Mariano Rajoy, en sus mítines, Iglesias lamentó que ambos hayan «venido a insultarnos» para hacer a los socialistas «cómplices de los terroristas» que mataron a Manuel Giménez Abad.
Pero el PSOE, insistió, no va a caer «en la provocación» y en este sentido reivindicó el «clima de convivencia y responsabilidad» creado en Aragón, Comunidad en la que todo el mundo «puede trabajar cómodo», y eso es algo «que no van a romper los crispados del PP».
Más vehemente se mostró Belloch, quien aseguró que el PSOE tiene «un sueño» para Zaragoza, que es construir «una ciudad fuerte, segura, con garra y en la que todas las personas sean tratadas con seguridad y justicia» y apeló al voto progresista para que «la derecha» no convierta ese sueño «en una pesadilla».
«Con la derecha -enfatizó- volverá esa Zaragoza rancia y árida que está en el cerebro de (el candidato popular) Domingo Buesa y se marchitará la abierta, la innovadora, la luchadora».
También el candidato a alcalde, como Iglesias, «siente» que la crispación «empieza a llegar a Zaragoza».
Al PP, dijo Belloch, «sólo le gusta hablar de una cosa, de ETA», sólo busca «estimular las bajas pasiones que producen los terroristas para, a costa de ellos, tratar de obtener votos «en una actitud «inaceptable, indigna y peligrosa para la democracia».
Belloch e Iglesias coincidieron en volver a implorar el voto de los simpatizantes socialistas, porque son necesarias «mayorías suficientes» para ir más rápido y desarrollar mejor los proyectos.
Para esa «sociedad del siglo XXI avanzada, moderna y capaz de mirar con orgullo a los desafíos» es para la que Iglesias pide el voto, mientras que Belloch apuntó que en las 48 horas que quedan hay que «trabajar como nunca» para conseguir «que no se pierda ni un solo voto progresista».