Zaragoza, 20 abr (EFE).- El presidente de las Cortes, Francisco Pina, consideró hoy que los dos hitos de esta legislatura han sido la derogación del trasvase del Ebro y la aprobación del nuevo Estatuto, cuyo proceso de reforma «dignifica y resalta» el papel del Parlamento y que sido «un ejemplo para toda España».
El discurso que pronunció hoy Pina con motivo de la festividad de San Jorge, Día de Aragón, en las Cortes, fue también un balance personal de lo que ha supuesto esta legislatura en la que insistió que ha procurado «en todo momento» cumplir con su papel de moderador «con total lealtad institucional» y, aunque no siempre lo habrá conseguido, reconoció, ésa ha sido su «vocación» y «principal ambición».
Al acto solemne de celebración del día del Patrón de Aragón en los jardines del Palacio de La Aljafería asistió un millar de personas, amplia representación de la sociedad civil, política y militar de la Comunidad aragonesa ante la que CERMI-Aragón recibió la Medalla de las Cortes 2007.
En el acuerdo de la Mesa y Junta de Portavoces que concedió la Medalla se destaca la labor de CERMI en la articulación del movimiento asociativo de las personas con discapacidad y sus familias para promover acciones que permitan la eliminación de las barreras que impidan el normal acceso a los recursos, bienes y servicios que pertenecen a la colectividad.
Pina, respecto al Estatuto, reconoció que durante su tramitación se había «hecho ilusiones» con la unanimidad y aunque ésta no se ha conseguid «aún así es un orgullo» haberla aprobado «con un grandísimo apoyo».
La reforma, insistió, ha sido «un ejemplo» para toda España por su forma de elaborarla, por haber nacido en las Cortes y por no haber tenido un sólo voto en contra, que sigue un modelo propio y que sitúa a Aragón «en plano de igualdad respecto a otras Comunidades» y en el lugar que «como nacionalidad» le corresponde dentro del Estado.
La derogación del trasvase fue otro hecho esencial para Pina, quien lamentó, a poco más de dos semanas de las crecidas del Ebro que causaron graves inundaciones en las localidades ribereñas, la «demagogia» demostrada por líderes de otros territorios en unos momentos «especialmente difíciles».
Una parte importante del discurso de Pina se centró en el papel de las Cortes, «intenso y fructífero» gracias a la «buena labor» de los diputados, a quienes felicitó «por haber mantenido una actitud y un comportamiento responsable dentro de la lógica divergencia y tensión parlamentaria, pero muy ajustado a lo que debe de ser ejemplo para la ciudadanía y alejado de la crispación política».
Sus señorías, agregó, han sido capaces de llegar a acuerdos en temas «estructurales», como el Estatuto, el desarrollo de la logística, la Expo del 2008 y «hasta» el agua.
Dentro del apartado de autocrítica, Francisco Pina incidió en la necesidad de que las Cortes sean «más visibles», de prestigiar la labor del diputado, de actualizar los procedimientos reglamentarios «tal vez algo anquilosados» y reformar el reglamento, en definitiva, de hacerle «una puesta a punto» al Parlamento.
No se olvidó, en el marco de una «sociedad que prospera», de que el cuarenta por ciento de la humanidad vive con menos de dos euros al día, 1.100 millones de personas carecen de agua potable y más de un millón mueren de malaria cada año.
Y, en cuanto a CERMI, reconoció el «extraordinario trabajo» de un colectivo de aragoneses «encaminado a minimizar aquellas barreras que tradicionalmente han existido» a la hora de conseguir una auténtica normalización social de las personas discapacitadas.
El presidente de CERMI-Aragón, Pedro Sánchez, aseguró que esta Medalla supone «una inmensa alegría» puesto que procede de la institución que representa a todos los aragoneses y porque se concede en un momento de «especial sensibilidad» ante el reto que supone la Ley de Dependencia y en el Año Europeo de la Igualdad de Oportunidades.
Las Cortes han concedido la Medalla de Oro de las Cortes en veinte ocasiones y la han recibido veintidós personas, entre ellas el Príncipe Felipe, el primero, la Universidad de Zaragoza, Manuel Pizarro, Manuel Giménez Abad, los servicios de emergencia madrileños que actuaron tras el 11-M o José Verón, este último el año pasado. EFE