Intervención de Marcelino Iglesias en el Debate sobre el estado de las Autonomías

A continuación se transcribe el discurso del presidente del Gobierno de Aragón, Marcelino Iglesias, en su intervención en el Debate sobre el estado de las Autonomías que ha comenzado hoy lunes en el Senado.

Señor Presidente del Senado,
Señor Presidente del Gobierno de

España
Señores Presidentes de Comunidades Autónomas
Señorías
Señoras y

señores ministros:

Quiero comenzar mi intervención en este recuperado Debate sobre el Estado de

las Autonomías con la constatación de que estos 25 años de Estado Autonómico en

España han sido los más fructíferos de nuestra historia.
El reconocimiento de

nuestras peculiaridades, ha supuesto el fin de dos siglos de conflictos entre

españoles. Y ha permitido el mayor proceso de modernización económica y social

de nuestro país.
Un progreso que se ha dado desde el principio de

solidaridad y que ha permitido un gran crecimiento del país, que ha posibilitado

que se redujeran las diferencias socioeconómicas entre las Comunidades

Autónomas.
Un proceso que ha situado a España en Europa y que nos ha llevado

a ser hoy el país más pujante de la zona euro. Nuestro crecimiento y nuestro

desarrollo contrastan con la situación de estancamiento que atraviesan Alemania,

Francia o Italia, algunos de los gigantes europeos.
Sin duda, la gran novedad

que aportó la Constitución española, respecto a las de nuestro entorno, fue el

Título VIII. Los constituyentes preveían la creación del Estado Autonómico.

Sentaban las bases para una nueva organización territorial y política de nuestro

país.
Con la perspectiva del tiempo, podemos afirmar que el éxito es

incuestionable. Pero también es cierto que el cambio que se ha producido en

España en estos más de 25 años es tan profundo que necesitamos adaptarnos a los

nuevos tiempos.
Señorías, algo más del 60% de los españoles de hoy no eran

mayores de edad cuando comenzamos a construir el Estado Autonómico y una cuarta

parte de nuestros conciudadanos ni siquiera habían nacido.
Es nuestra

responsabilidad responder a los retos y las inquietudes de estas nuevas

generaciones y analizar el funcionamiento de nuestro sistema para adoptar

aquellos ajustes que permitan su mejora.
España se ha dotado de uno de los

sistemas más descentralizados del mundo, al nivel de los Estados federales más

avanzados.
Sin embargo, el análisis de estos años demuestra que no existen

mecanismos de coordinación suficientes. La creación de la Conferencia de

Presidentes o la recuperación de este Debate por parte del Gobierno del señor

Zapatero, han sido pasos importantes.
Pero debemos dotarnos de órganos de

representación permanente donde las Comunidades Autónomas y el Gobierno de

España podamos debatir y llegar a acuerdos sobre todos aquellos temas de interés

nacional.
Y sin duda, ese órgano es el Senado. Un Senado entendido como

auténtica Cámara de representación territorial, donde se reconozca de forma

clara, como ya hace nuestra Constitución, que las Comunidades Autónomas somos

una parte fundamental del Estado.
La reforma de la Constitución que ha

propuesto el Gobierno de España y que está pendiente del dictamen del Consejo de

Estado ya contempla la modificación del Senado.
Esta reforma debe servir para

que nuestra Constitución reconozca los instrumentos de cooperación y cohesión

necesarios para el buen funcionamiento del Estado Autonómico.
El Título VIII

de nuestra Carta Magna admite la profundización en la capacidad de autogobierno

de las Comunidades Autónomas. Y en Aragón, como en otras Comunidades, hemos

emprendido este camino.
Ya en la anterior legislatura autonómica, las Cortes

de Aragón aprobaron por unanimidad un dictamen para la reforma de nuestro

Estatuto y desde hace meses una ponencia parlamentaria, también desde la

unanimidad, trabaja en el nuevo texto que esperamos tener acordado el próximo

mes de febrero.
No entraré aquí en detalles sobre la reforma. Pero precisaré,

porque es un tema de actualidad estos meses, que entiendo que recoger en los

Estatutos, de forma unilateral, los sistemas de financiación, supondría el

quebranto del principio de solidaridad. La revisión del actual sistema de

financiación debe discutirse y aprobarse tras una negociación multilateral.


Dadas las características de este debate, quiero enumerar los asuntos que

preocupan de modo especial a la sociedad aragonesa, y que a lo largo de mi

intervención iré desarrollando.
1. La primera preocupación es que en el

debate que se ha abierto sobre las reformas estatutarias, se plantease un nuevo

Estado Autonómico de dos velocidades.
2. Nos inquietan, en segundo término,

los desequilibrios que se han producido a lo largo de todo el siglo XX en la

España interior.
3. Mencionaré, en tercer lugar, el bloqueo que sufrimos en

la parte francesa del Pirineo, que nos aísla y dificulta de una manera evidente

los intercambios entre España y Portugal con el resto de Europa.
4. El

proceso de deslocalización industrial que afecta especialmente a un sector como

el de la automoción, del que Aragón tiene una gran dependencia, es otra de

nuestras inquietudes.
5. Y como quinta preocupación, señalaré la posibilidad

de que pudieran progresar algunas propuestas de comunidades autónomas vecinas

que proporcionasen derechos exclusivos sobre el agua en cuencas hidrológicas

compartidas.
Señorías, nuestros constituyentes seguramente tuvieron sus

razones políticas para construir el Estado Autonómico en dos velocidades. Pero

aquella decisión, posiblemente la única decisión que en aquel momento permitía

avanzar en la descentralización de nuestro Estado, ha tenido algunos costes

importantes.
Aragón, como aquellas comunidades que accedieron a su autonomía

a través del artículo 143 de la Constitución, hemos tardado casi 20 años en

asumir las principales competencias que reconocían nuestros Estatutos.
Y ese

retraso, además de generar frustración e incomodidad, ha tenido efectos en el

desarrollo de nuestra sociedad. Hemos comprobado que hay una relación directa

entre el grado de autogobierno y el bienestar de los ciudadanos.
Hoy, tras

asumir las principales competencias, Aragón crece más económicamente y ha

comenzado a recuperar población.
Esta larga travesía, nos ha llevado a la

conclusión, unánimemente aceptada por los cinco grupos políticos representados

en nuestra Cámara, de que en el actual proceso de reformas, Aragón no puede

admitir privilegios de nadie. Y que nadie piense que podrá plantearse la idea de

recuperar la España de dos velocidades.
Como ya anticipé en el reciente

Debate sobre el Estado de la Comunidad Autónoma de Aragón, los derechos

históricos, y Aragón es una de las tres Comunidades que los tiene reconocidos en

su actual Estatuto de Autonomía, son una afirmación cultural y una seña de

identidad, pero nunca una excusa para acceder a ningún tipo de

privilegio.
Por motivaciones diferentes, los debates autonómicos han estado

permanentemente polarizados. Creo recoger el sentir de muchos ciudadanos si

reivindico en esta tribuna el derecho de todos, también de los que vivimos en la

España interior, a participar en la definición de nuestro país.
Nos preocupa

que el debate esté permanentemente centrado en torno a las mismas Comunidades

Autónomas y en torno a los mismos problemas. Ha sido tal la monopolización y tan

ensordecedor el debate, que a la mayoría de Comunidades nos ha sido imposible

hacer oír nuestra voz.
En este tiempo, incluso hemos sentido que se nos

miraba por encima del hombro, desde una supuesta superioridad natural que no

podemos admitir y que no vamos a admitir.
Aragón puede exhibir al más alto

nivel su historia y sus derechos. Fuimos parte activa en la construcción de este

país y hemos demostrado nuestra lealtad al conjunto.
Ocupamos un espacio

geográfico en el noreste de España, donde se concentran las mayores tensiones

territoriales. Pero también por nuestra vecindad somos quienes mejor podemos

comprender ciertas reivindicaciones, vengan de un lado o de otro.
Sin

embargo, el conjunto del Estado, Presidente, debe también comprender que Aragón

es una pieza de seguridad para España.
Y como tal, no nos resignamos a quedar

relegados a un papel de suministradores de mano de obra y de recursos para

nuestros vecinos, como ha sucedido a lo largo de todo el siglo XX.
Es cierto

que hemos mejorado esa situación. La aprobación por el Parlamento de España del

nuevo Plan Hidrológico Nacional y la elección de Zaragoza como sede de la

Exposición Internacional de 2008, han supuesto un gran impulso y una inyección

de moral.
Acontecimientos en los que la participación de su Gobierno, señor

Zapatero, ha sido determinante. Estoy convencido de que la política exterior

desarrollada por este Gobierno, posibilitó la consecución para Zaragoza de la

Exposición Internacional de 2008.
La nueva política hidráulica ha resuelto un

largo contencioso territorial y ha aportado soluciones más eficaces y rápidas,

tanto para el valle del Ebro como para las cuencas hidrológicas del

Levante.
Pero nuestros desequilibrios internos son similares a los que se dan

en el conjunto del país.
La monopolización del debate autonómico ha

impedido, sin embargo, que aflorara este problema. Un problema que afecta a toda

la España del interior, con la excepción de Madrid.
Las dificultades para el

desarrollo de buena parte del país, como consecuencia de la ausencia de

infraestructuras de transporte ágiles y modernas, ha sido evidente.
Estoy

hablando del 80% del territorio nacional. Más de una veintena de provincias que

sufren la despoblación y el envejecimiento. Provincias condenadas a la

desertización demográfica y que requieren un esfuerzo de todos. Un gran acuerdo

nacional. Porque un país no puede permitirse prescindir de tres cuartas partes

de su territorio.
En este sentido, quiero agradecer al Gobierno de España la

aprobación, hace escasos días, del Plan Especial para Teruel e instarle a su

cumplimiento y ejecución.
Las nuevas infraestructuras de comunicación y las

inversiones proyectadas en coordinación entre los dos gobiernos estoy seguro que

van a permitir disfrutar a la provincia turolense de grandes oportunidades en

los próximos años.
Pero refiriéndome a nuestras infraestructuras, quiero

mencionar las dificultades que sufrimos a diario como consecuencia del bloqueo

de las comunicaciones a través del Pirineo.
Los Pirineos son hoy la única

frontera real que existe en Europa. Una frontera física que puede colapsar

nuestra economía en los próximos años. Los pasos pirenaicos existentes en ambos

extremos de la cordillera están saturados. Más de 17.000 camiones los cruzan a

diario.
Desde la incorporación a Europa de España y Portugal, el crecimiento

de los intercambios comerciales se aproxima al 10% anual, y alrededor del 95% se

realiza a través de la carretera.
Los estudios de la Unión Europea y del

Gobierno de España consideran que en el año 2020 se habrá duplicado el actual

flujo de mercancías, lo que provocará un bloqueo total del Pirineo.
El

problema se agrava en el Pirineo central, entre Aragón y Francia. Desde hace 30

años, el ferrocarril del Canfranc está interrumpido en Francia. Y, especialmente

en invierno, es frecuente que las carreteras estén cortadas meses enteros, como

consecuencia de la nieve, en Aquitania o Midi Pyrénées, como ya sucedió el año

pasado.
Este es un grave problema para Aragón, que también afecta de forma

notable a la mayoría de las Comunidades Autónomas españolas, desde Andalucía y

Extremadura hasta Valencia y Madrid.
Hemos propuesto, y la Unión Europea y

el Gobierno de España han aceptado, la puesta en marcha de una conexión

ferroviaria de gran capacidad por el Pirineo central. Y mientras esta se

proyecta y se construye, la reapertura del ferrocarril del Canfranc.
Sé que

contamos con el apoyo del Gobierno y del Presidente, pero es imprescindible que

nuestro vecino del norte cumpla sus compromisos. Es una tarea de todos, una

cuestión de Estado, convencer a Francia para resolver una situación que puede

afectar en pocos años, de forma muy grave, a la economía española.
También es

un problema compartido por un buen número de Comunidades Autónomas el de la

deslocalización de la industria del automóvil. Hemos alcanzado con el Ministerio

de Industria importantes acuerdos para evitar la pérdida de varios miles de

puestos de trabajo en la planta de General Motors en Zaragoza.
Pero dado el

peso que la automoción tiene en nuestro tejido industrial, nuestra preocupación

es máxima. Quiero pedir al Gobierno central toda la colaboración, e instar a

empresa y sindicatos a actuar con la máxima responsabilidad.
En materia

hidráulica, me gustaría repetir las palabras que pronuncié en la Tribuna del

Parlamento de Aragón y que tanto eco tuvieron:
«Invito a la Ponencia a

reflexionar sobre la fórmula jurídica que nos permita asegurar y garantizar el

uso de nuestros recursos hídricos en el futuro, evitando amenazas como la que

hemos sufrido recientemente con el trasvase del Ebro. Además de participar en la

planificación hidrológica estatal y en sus órganos de gestión».
Esas fueron

exactamente mis palabras. Defiendo el principio de unidad de cuenca. Defiendo y

comparto que la planificación hidrológica se haga desde el Ministerio de Medio

Ambiente, con la participación de las Comunidades Autónomas.
Pero ni

defiendo ni comparto que nadie se arrogue derechos sobre cuencas hidrológicas

compartidas o sobre caudales. Ahí, Aragón estará siempre vigilante, porque nadie

puede tener la llave en exclusiva de la planificación de una cuenca que

compartimos nueve Comunidades Autónomas, desde Cantabria hasta Cataluña.
Una

última reflexión para terminar. Como les decía al principio, el éxito de nuestra

organización territorial está fuera de toda duda. Y estamos viviendo un momento

político apasionante.
Tenemos el reto de avanzar en la construcción de

Europa, pese a los problemas actuales; a la vez que  mejoramos la

Constitución y los Estatutos de Autonomía, que como elementos de convivencia nos

hemos proporcionado.
Y lo hacemos en una situación de absoluta normalidad

institucional. Disponiendo de mecanismos de garantía más que suficientes. Espero

que todos, Gobierno y Comunidades Autónomas, estemos a la altura de este

momento.
Muchas gracias