El agua es un tema de constante actualidad en nuestra Comunidad Autónoma. En los dos últimos siglos muchas han sido las voces de quienes han manifestado la necesidad de regular los caudales de agua en Aragón con el fin de garantizar el abastecimiento y suministro para uso de boca y satisfacer las demandas hídricas de la agricultura, de la ganadería y de una industria cada vez más importante.
El número de obras realizadas hasta la fecha es todavía insuficiente y ante la evidente necesidad de regular los ríos aragoneses se firmó en 1992 el Pacto del Agua, un documento que fija las necesidades hídricas para Aragón y que incluye la realización de una serie de obras.
Paralelamente a este proceso la Ley del PP trasvasaba agua del río Ebro a otras cuencas. En la actualidad nos felicitamos porque el Gobierno central del PSOE, respondiendo al clamor aragonés en contra del trasvase, ha derogado el artículo del Plan Hidrológico Nacional por el cual el Partido Popular incluyó tal proyecto. Esto ha permitido retomar con optimismo las expectativas para nuestro futuro. Hay una clara diferencia con el anterior PHN ya que mientras el Partido Popular condicionaba la ejecución de las obras hidráulicas en Aragón a la realización del trasvase del Ebro la modificación de dicho plan ha supuesto la derogación del trasvase y la garantía de que las obras del Pacto del Agua se van a llevar a cabo. De esta forma, el Ministerio de Medio Ambiente ha constatado su total respaldo a las decisiones que se acuerden en la Comisión del Agua de Aragón.
No obstante y pese a la negativa de los aragoneses, el Partido Popular mantiene su defensa del trasvase e insiste en que si un día vuelve a gobernar retomará este proyecto, que hipotecaba totalmente las posibilidades de nuestro futuro.
Mientras, en Aragón seguimos trabajando. Foros como el de la Comisión del Agua están creados precisamente para que a pesar de las diferencias y de las lógicas discrepancias dada la diversidad de entidades, partidos y colectivos que lo configuran se llegue a acuerdos a través del diálogo, de atender todas las opiniones y de trabajar con un objetivo: el de servir a los aragoneses y atender unas demandas históricas. Las discrepancias no deben ser motivo de enfrentamiento sino al contrario, de respetar las opiniones contrarias y trabajar para acercar posturas con el fin de encontrar una solución final. Cuanto mayor sea el consenso alcanzado mayor será su legitimidad.
Es un dato objetivo que la Comisión del Agua trabaja y fruto de su labor y esfuerzo se han obtenido notables resultados, como los acuerdos alcanzados para obras hidráulicas de los sistemas de riego de Bardenas y del Canal de Aragón y Cataluña. Igualmente se sigue trabajando con igual voluntad y compromiso para alcanzar acuerdos en actuaciones relativas a otros sistemas de riegos como el del Altoaragón.
Así, mientras es evidente que la Comisión del Agua da notables resultados, resultan paradójicas y poco entendibles que surjan abandonos, manifestaciones o protestas con argumentos que no tienen nada que ver con la realidad si nos atenemos a los acuerdos alcanzados y la línea de trabajo que mantiene este foro de diálogo. Siendo totalmente respetables este tipo de actos y destacando además que quienes los promueven lo pueden hacer guiados por el mejor de sus propósitos resultan, no obstante, contradictorios para la ciudadanía ya que pueden llegar a confundir acerca de los objetivos que persiguen dado que no se entiende que en un contexto donde se trabaja y se alcanzan acuerdos se generen este tipo de presiones.
No obstante, el Partido Socialista aragonés, en aquellos cuantos foros que se han evidenciado como positivos para Aragón, mantendrá su filosofía y línea de trabajo seguida hasta ahora, estudiando y analizando cada una de las obras y tomando el tiempo necesario para garantizar un buen acuerdo. Tenemos la esperanza, optimismo y seguridad suficientes como para saber que con voluntad y compromiso seguiremos alcanzando acuerdos que satisfagan demandas históricas de los aragoneses.