LOE: Consenso y Participación

La portavoz socialista en la Comisión de Educación de las Cortes de Aragón, Mayte Pérez, reflexiona en este artículo de opinión acerca de la Ley Orgánica de Educación (LOE).

El Gobierno central, cumpliendo con los compromisos adquiridos, está

impulsando diferentes medidas y políticas de carácter social encaminadas a

fomentar los derechos de la ciudadanía y a recuperar los valores propios de una

sociedad avanzada y desarrollada. En este sentido, cabe destacar la presentación

del anteproyecto de la Ley Orgánica de Educación (LOE) que nos ubica ante un

momento apasionante y ante un debate educativo que trata de poner el horizonte a

nuestro sistema educativo en el futuro.

El proceso y el propio desarrollo del Anteproyecto de la LOE ha estado

caracterizado por dos aspectos de significativa importancia: por una parte se ha

buscado en todo momento el consenso y acuerdo de las partes implicadas y por

otro lado se ha apostado siempre por la participación.

Desde el momento en que se estableció la necesidad de adaptar nuestro sistema

educativo a las demandas de la sociedad y reflejarlo en la legislación, las

Comunidades Autónomas cobran un relevante papel dado que han asistido al proceso

no como invitadas sino como anfitrionas del mismo. Esta implicación de las

Comunidades Autónomas queda perfectamente reflejada en el texto del anteproyecto

de la LOE, que incluye el respeto a la autonomía competencial de las mismas,

permitiendo de esta manera la posibilidad de elaborar una ley propia, en nuestro

caso una ley aragonesa de educación que recoja nuestras señas de identidad,

nuestras aspiraciones para el futuro educativo de nuestra tierra.

Como portavoz de Educación del Grupo Parlamentario Socialista  me

gustaría destacar que nuestra Comunidad Autónoma está en primera línea en cuanto

a educación se refiere. Desde luego, lo que también es evidente es que este

Anteproyecto contempla medidas que ya se han puesto en marcha en Aragón,

poniendo de manifiesto que nuestra Comunidad Autónoma es pionera y punto de

referencia en determinados aspectos con respecto al resto del Estado. Y esto ha

sido posible gracias al trabajo conjunto de la comunidad educativa

aragonesa.

El respeto a la autonomía, esa legislación básica que regula este

anteproyecto, nos permitirá avanzar un poco más y elaborar en Aragón nuestra

propia ley que se adapte y responda a la demanda de nuestra realidad

educativa.
Para ello es absolutamente necesario un acuerdo unánime por parte

del conjunto de la Comunidad Educativa. Ésa ha sido también una premisa clave en

todo este proceso. La búsqueda de consenso y de acuerdo ha sido la tónica

general. No sólo del Gobierno central, que desde luego lo está propiciando, sino

también por  parte de los agentes sociales educativos, que están dan un

ejemplo de responsabilidad, para poder llegar a acuerdos.

Espero y confío que finalmente puedan acercarse las posturas y pueda llegar a

materializarse en un Pacto por la Educación que tan deseado es por parte de la

sociedad.  Evidentemente, ese mismo modelo , no tengo ninguna duda,

protagonizará el proceso de  elaboración de una Ley aragonesa. En todo

caso, hemos de lograr llegar a acuerdos en todo aquello que nos une, superando

etapas anteriores, por el bien de la educación de nuestros ciudadanos y nuestras

ciudadanas.

Debemos ser capaces pues de ofrecer a la sociedad una ley duradera, que

posibilite su propia evaluación en el tiempo y que nos permita dotar de

normalidad y tranquilidad a nuestro sistema educativo y para eso es necesario el

consenso, el acuerdo, la participación de todas las partes. En definitiva,

busquemos la corresponsabilidad en la educación, la apuesta por el esfuerzo

compartido que dote a nuestra educación de todos los elementos necesarios para

afrontar los nuevos retos del siglo XXI.