El presidente del Gobierno de Aragón, Marcelino Iglesias, ha mantenido en la
tarde del miércoles 16 de marzo diversos contactos con el Ministerio de Fomento
español y con las embajadas de España en París y de Francia en Madrid, para
resolver los problemas de comunicaciones entre España y Francia a través del
Pirineo.
Los contactos se producen tras las «decepcionantes» reuniones que una
delegación del Gobierno de Aragón ha tenido en los dos últimos días con
autoridades del sur de Francia. Iglesias ha trasladado su indignación por la
situación de las comunicaciones a través del Pirineo y ha acordado con el
Ministerio de Fomento y la Embajada de España en Francia iniciar contactos
urgentes al más alto nivel con el Ministerio de L’Equipement francés.
Iglesias consideró «decepcionante» la respuesta de las autoridades francesas
tras las conversaciones mantenidas ayer y hoy en Pau, especialmente las de esta
jornada con el Prefecto de esta localidad francesa, y estimó que «toda respuesta
es absolutamente insuficiente» si no se traduce en la entrada inmediata de las
máquinas para reparar los daños en las cercanías de Urdós.
Marcelino Iglesias entiende que ha transcurrido el tiempo suficiente para que
las autoridades franceses valoren técnicamente la situación y las soluciones en
las cercanías de Urdós con el fin de que la carretera pueda ser abierta lo antes
posible al tráfico pesado. El presidente aragonés ha trasladado a las
autoridades de la Embajada francesa en Madrid que la única respuesta posible es
la utilización de los mecanismos previstos para la entrada inmediata de las
máquinas en caso de emergencia.
Asimismo, ha señalado el grave quebranto económico que la actitud francesa
supone para las empresas aragonesas y la indignación de las organizaciones
empresariales de la Comunidad.
El presidente aragonés ha acordado con el Ministerio de Fomento y la embajada
de España en París la puesta en marcha de actuaciones inmediatas ante las
autoridades de París para exigir soluciones al actual problema, así como la
agilización de los compromisos internacionales para que el túnel de Somport
adquiera el rango que su fuerte inversión ha supuesto para la Unión Europea y
los Estados francés y español.