Sin embargo, en los sucesivos Presupuestos Generales del
Estado (PGE) no se ha notado una especial sensibilidad hacia el conjunto de las
políticas ambientales a desarrollar por la Administración Central del Estado.
Cada año, se ha
visto cómo todo el gasto vinculado con las políticas de
aguas, incluida la creación de las innecesarias y opacas Sociedades Estatales,
se ha situado en el entorno del 85% del gasto total del MIMAM, dejando el
restante 15% para hacer frente a los gastos de los programas de Meteorología,
Protección de la Naturaleza, Protección del Medio Ambiente y Servicios Generales
del Departamento.
Los PGE para 2004 siguen la misma pauta en cuanto a la
distribución del gasto por programas y mantienen, de igual forma, la opacidad,
falta de transparencia y asignación de fondos a distintas Fundaciones y
Sociedades Estatales de Agua, cuyo seguimiento, debido a la falta de información
del propio Gobierno, se hace imposible, sin olvidar que, con estas formulas de
utilizar el capitulo VIII Activos Financieros- se persigue que estos recursos
no computen a efectos de déficit.
Cuando se analiza el volumen de recursos asignados a las
inversiones se puede apreciar que el crecimiento es inferior en porcentaje al de
los años anteriores; Si en los PGE-2004 las inversiones crecen un 7,31%, en los
PGE2003 lo hicieron un14,8%, en el PGE-2002, un 11,2% yun 20,37% en los PGE de
2001.
Si se observan cada uno de los programas y se
distingueentre los que dependen de la Secretaria de Estado de Aguas y Costas y
los que se ubican en la Secretaria General de Medio Ambiente , se deduce que las
políticas de aguas tienen asignadas recursos que suponen casi el 84% del volumen
del total de programas, mientras que los de Protección y Mejora del Medio
Ambiente y Protección y Mejora del Medio Natural solamente se llevan el 10,57%;
Los Programas de Meteorología y Dirección y Servicios Generales del Ministerio
gestionan el 5,66% del total. El peso de las políticas de aguas es muy
importante en lo que es la previsión inicial y durante todo este tiempo, desde
1996, esta tendencia se ha mantenido y no ha habido intención alguna de
incrementar en algún punto porcentual las actuaciones
destinadas a protección
del medio ambiente y a las
del medio natural.
Si hay algún rasgo fundamental que incorporan estos
PGE-2004 es el relacionado con el intento de iniciar las obras del trasvase del
Ebro en 2004, asignando recursos a cada una de las cuencas del arco mediterráneo
a través de la Sociedad Estatal de Infraestructuras del Trasvase S.A.A esta
faraónica obra se destinan para el año próximo 472.994.000 euros, a distribuir
entre las Cuencas Internas de Cataluña, Cuenca del Sur, Cuenca del Segura,
Cuenca del Júcar y Madrid, con una reciente Declaración de Impacto Ambiental
(DIA) realizada en 90 días (incluido el verano),
que no ha tenido en cuenta
los informes contrarios de técnicos del Departamento y que ha venido precedida
de un análisis de más de 200.000 alegaciones en tan escaso tiempo (el promedio
de tiempo necesario para resolver una DIA. en obras hidráulicas se encuentra en
410 días) y sin saber si va a haber fondos europeos para cofinanciar la obra. El
compromiso político del gobierno Aznar con este trasvase y la cercanía de las
Elecciones Generales de 2004 está motivando que tanto en estos PGE como en la
Ley de Acompañamiento se propongan medidas encaminadas a
mantener la
esperanza y el voto en las CCAA afectadas, aunque se sea consciente que el mero
desarrollo del expediente administrativo y las dudas sobre la cofinanciación
europea hacen muy difícil que las obras se inicien de verdad, aunque veamos la
colocación de las tres primeras piedras, que después no tienen solución de
continuidad, como ya ha pasado con otras obras. No es descartable que la falta
de fondos europeos motive la búsqueda de soluciones alternativas con recursos
nacionales privados, mediante formulas concesionales.
El resto de las inversiones previstas en los demás
programas continúan con la tónica de años anteriores, observándose que los datos
que figuran en la memoria de objetivos y financiación de cada uno de los
programas de los PFE-2004 no coinciden con los consignados en los PGE de 2003:
Por ejemplo, en el Programa 511-E- Planificación y Ordenación Territorial en el
cuadro de objetivos e Indicadores de seguimiento, se hace constar en los PGE-
2003, que lo presupuestados para el 2003 son 249.407.060 euros, pero en el mismo
cuadro del PGE-2004, dicha cifra por el mismo concepto, se amplia a 251.320.810
euros; este ejemplo de disfuncionalidad entre ambas memorias de PGE se produce
en el resto de los programas menos en Costas.
Si a esto añadimos la escasa información que proporciona
el Gobierno del PP a las respuestas a iniciativas del Grupo Socialista, la
opacidad en el funcionamiento de las
Sociedades Estatales de Agua y el
oscurantismo en el desarrollo de las inversiones que dicen que están
acometiendo, la consignación de partidas globales en las actuaciones por cuenca,
la falta de transparencia en la gestión de los fondos que van a Fundaciones y
Parques Nacionales, la escasa repercusión presupuestaria que tienen compromisos
adquiridos y no cumplidos en estos momentos -como la Estrategia de Desarrollo
Sostenible o la Estrategia de Lucha contra el Cambio Climatico, la curiosa forma
de gestionar el denominado Plan Forestal o el tratamiento
que dan a la
política de Residuos-, podemos afirmar, sin lugar a dudas, que estos PGE son más
de lo mismo, con muchas lagunas y carencias en la ejecución de los ahora
vigentes.
Por último, se puede observar, comparando los niveles de
ejecución de cada programa con los de 2002, 2003 y 2004, que los porcentajes de
incremento para el próximo año son ficticios, ya que al tratarse de obras o
actuaciones no ejecutadas
en el año de programación, se incorporan al
presupuesto inicial del año siguiente con lo que son tenidas en cuenta en dos
PGE, y por lo tanto el incremento presupuestario es menor.
Por lo tanto, si a la ingeniería financiera que practican
se le une la opacidad y falta de transparencia, el incumplimiento de sus
compromisos ambientales y la atención especial que merece el rechazado por el
PSOE del trasvase del Ebro, y la puesta en practica de medidas alternativas de
gestión del agua en el conjunto de España que posibilitan una gestión mas
eficiente y racional de este recurso, podemos afirmar que bajo la máscara de
unas buenas palabras solo existe la realidad de una falta de sensibilidad
absoluta sobre nuestro entorno y nuestra calidad de vida y un demostrado
desinterés sobre el futuro de las generaciones
venideras.