Los Presupuestos Generales del Estado para el 2004 en políticas ambientales: un nuevo engaño

Cuando Aznar crea el Ministerio de Medio Ambiente (MIMAM) en 1996, pretende dar forma a las, en aquellos días, existentes preocupaciones ambientales del PP, queriendo marcar con ello una sustancial diferencia con las posiciones ambientales del gobierno socialista al que sustituían; esta iniciativa suponía, según el PP, elevar el rango de las políticas ambientales a su verdadera dimensión, a la vez que se homologaba la estructura de la Administración Central de nuestro país a la existente en otros países de la Unión Europea.

Sin embargo, en los sucesivos Presupuestos Generales del

Estado (PGE) no se ha notado una especial sensibilidad hacia el conjunto de las

políticas ambientales a desarrollar por la Administración Central del Estado.

Cada año, se ha
visto cómo todo el gasto vinculado con las políticas de

aguas, incluida la creación de las innecesarias y opacas Sociedades Estatales,

se ha situado en el entorno del 85% del gasto total del MIMAM, dejando el

restante 15% para hacer frente a los gastos de los programas de Meteorología,

Protección de la Naturaleza, Protección del Medio Ambiente y Servicios Generales

del Departamento.

Los PGE para 2004 siguen la misma pauta en cuanto a la

distribución del gasto por programas y mantienen, de igual forma, la opacidad,

falta de transparencia y asignación de fondos a distintas Fundaciones y

Sociedades Estatales de Agua, cuyo seguimiento, debido a la falta de información

del propio Gobierno, se hace imposible, sin olvidar que, con estas formulas de

utilizar el capitulo VIII –Activos Financieros- se persigue que estos recursos

no computen a efectos de déficit.

Cuando se analiza el volumen de recursos asignados a las

inversiones se puede apreciar que el crecimiento es inferior en porcentaje al de

los años anteriores; Si en los PGE-2004 las inversiones crecen un 7,31%, en los

PGE–2003 lo hicieron un14,8%, en el PGE-2002, un 11,2% yun 20,37% en los PGE de

2001.

Si se observan cada uno de los programas y se

distingueentre los que dependen de la Secretaria de Estado de Aguas y Costas y

los que se ubican en la Secretaria General de Medio Ambiente , se deduce que las

políticas de aguas tienen asignadas recursos que suponen casi el 84% del volumen

del total de programas, mientras que los de Protección y Mejora del Medio

Ambiente y Protección y Mejora del Medio Natural solamente se llevan el 10,57%;

Los Programas de Meteorología y Dirección y Servicios Generales del Ministerio

gestionan el 5,66% del total. El peso de las políticas de aguas es muy

importante en lo que es la previsión inicial y durante todo este tiempo, desde

1996, esta tendencia se ha mantenido y no ha habido intención alguna de

incrementar en algún punto porcentual las actuaciones
destinadas a protección

del medio ambiente y a las
del medio natural.


Si hay algún rasgo fundamental que incorporan estos

PGE-2004 es el relacionado con el intento de iniciar las obras del trasvase del

Ebro en 2004, asignando recursos a cada una de las cuencas del arco mediterráneo

a través de la Sociedad Estatal de Infraestructuras del Trasvase S.A.A esta

faraónica obra se destinan para el año próximo 472.994.000 euros, a distribuir

entre las Cuencas Internas de Cataluña, Cuenca del Sur, Cuenca del Segura,

Cuenca del Júcar y Madrid, con una reciente Declaración de Impacto Ambiental

(DIA) realizada en 90 días (incluido el verano),
que no ha tenido en cuenta

los informes contrarios de técnicos del Departamento y que ha venido precedida

de un análisis de más de 200.000 alegaciones en tan escaso tiempo (el promedio

de tiempo necesario para resolver una DIA. en obras hidráulicas se encuentra en

410 días) y sin saber si va a haber fondos europeos para cofinanciar la obra. El

compromiso político del gobierno Aznar con este trasvase y la cercanía de las

Elecciones Generales de 2004 está motivando que tanto en estos PGE como en la

Ley de Acompañamiento se propongan medidas encaminadas a
mantener la

esperanza y el voto en las CCAA afectadas, aunque se sea consciente que el mero

desarrollo del expediente administrativo y las dudas sobre la cofinanciación

europea hacen muy difícil que las obras se inicien de verdad, aunque veamos la

colocación de las tres primeras piedras, que después no tienen solución de

continuidad, como ya ha pasado con otras obras. No es descartable que la falta

de fondos europeos motive la búsqueda de soluciones alternativas con recursos

nacionales privados, mediante formulas concesionales.

El resto de las inversiones previstas en los demás

programas continúan con la tónica de años anteriores, observándose que los datos

que figuran en la memoria de objetivos y financiación de cada uno de los

programas de los PFE-2004 no coinciden con los consignados en los PGE de 2003:

Por ejemplo, en el Programa 511-E- Planificación y Ordenación Territorial en el

cuadro de objetivos e Indicadores de seguimiento, se hace constar en los PGE-

2003, que lo presupuestados para el 2003 son 249.407.060 euros, pero en el mismo

cuadro del PGE-2004, dicha cifra por el mismo concepto, se amplia a 251.320.810

euros; este ejemplo de disfuncionalidad entre ambas memorias de PGE se produce

en el resto de los programas menos en Costas.

Si a esto añadimos la escasa información que proporciona

el Gobierno del PP a las respuestas a iniciativas del Grupo Socialista, la

opacidad en el funcionamiento de las
Sociedades Estatales de Agua y el

oscurantismo en el desarrollo de las inversiones que dicen que están

acometiendo, la consignación de partidas globales en las actuaciones por cuenca,

la falta de transparencia en la gestión de los fondos que van a Fundaciones y

Parques Nacionales, la escasa repercusión presupuestaria que tienen compromisos

adquiridos y no cumplidos en estos momentos -como la Estrategia de Desarrollo

Sostenible o la Estrategia de Lucha contra el Cambio Climatico, la curiosa forma

de gestionar el denominado Plan Forestal o el tratamiento
que dan a la

política de Residuos-, podemos afirmar, sin lugar a dudas, que estos PGE son más

de lo mismo, con muchas lagunas y carencias en la ejecución de los ahora

vigentes.

Por último, se puede observar, comparando los niveles de

ejecución de cada programa con los de 2002, 2003 y 2004, que los porcentajes de

incremento para el próximo año son ficticios, ya que al tratarse de obras o

actuaciones no ejecutadas
en el año de programación, se incorporan al

presupuesto inicial del año siguiente con lo que son tenidas en cuenta en dos

PGE, y por lo tanto el incremento presupuestario es menor.

Por lo tanto, si a la ingeniería financiera que practican

se le une la opacidad y falta de transparencia, el incumplimiento de sus

compromisos ambientales y la atención especial que merece el rechazado por el

PSOE del trasvase del Ebro, y la puesta en practica de medidas alternativas de

gestión del agua en el conjunto de España que posibilitan una gestión mas

eficiente y racional de este recurso, podemos afirmar que bajo la máscara de

unas buenas palabras solo existe la realidad de una falta de sensibilidad

absoluta sobre nuestro entorno y nuestra calidad de vida y un demostrado

desinterés sobre el futuro de las generaciones

venideras.