La Ponencia sobre Salud y Género, que hoy ha quedado formalmente constituida,
obedece a una iniciativa del Grupo Socialista, que propuso su creación en una
moción que el Pleno del Senado, por unanimidad, aprobó el pasado 5 de abril.
De manera específica, según refiere la senadora zaragozana, la Ponencia
deberá estudiar las medidas administrativas, educativas y formativas que
contribuyan a la introducción de la perspectiva de género en todos los programas
de salud pública y atención sanitaria que se realizan en los distintos sistemas
de salud de las comunidades autónomas, coordinados con el Consejo
Interterritorial y en base a las recomendaciones de la OMS y de las normativas
europeas que existen al respecto.
Cuando sometió a la consideración del plenario su moción, el Grupo Socialista
precisó que las desigualdades en el estado de salud entre hombres y mujeres se
relacionan con factores biológicos que se manifiestan de forma diferente en la
salud y en los riesgos de enfermedad, disparidades biológicas que son sólo una
parte de los factores que influyen en las diferencias de salud entre ambos
sexos.
Añadieron los socialistas que el estudio de los determinantes sociales de la
salud de las mujeres, adopta un marco conceptual basado en los roles en el que
los papeles de madre y esposa se consideran centrales en la ocupación, y el
trabajo remunerado un papel adicional a pesar de la incorporación masiva de la
mujer al mundo laboral. Mientras, en el hombre, este análisis se centra en la
ocupación.
Por ello, recalcaron, el estudio de los determinantes sociales es esencial
para entender las desigualdades sociales en salud según el género. Así, se ha
puesto de manifiesto que, a pesar de tener una esperanza de vida más larga, las
mujeres suelen presentar un estado de salud peor que el de los hombres,
circunstancia que puede cambiar según el tipo de indicador de salud analizado,
el grupo de mujeres seleccionadas y el momento del ciclo vital considerado.
Finalmente, para María Pilar Pérez Lapuente es necesario señalar que en las
últimas décadas se han realizado muchos estudios sobre las desigualdades en
salud en relación al género, pero, hasta la fecha, no se han puesto en marcha
políticas sanitarias encaminadas a mejorar esta situación.