El pasado 22 de marzo conmemoramos el Día Mundial del Agua. Precisamente,
hablar de agua y disponer de la misma es hablar de desarrollo, de futuro y de
riqueza. Paradójicamente, en Aragón esta celebración ha estado enmarcada con los
primeros efectos de una preocupante sequía.
Nuestra cultura ha considerado el agua como fuente casi inagotable y gratuita
de la que se hacía un uso abusivo y poco respetuoso. Hoy sin embargo, la
creciente demanda del recurso nos obliga a pesar y medir, a potabilizar y
depurar, a ahorrar y embalsar. Todo ello, además a un coste que Europa ha
determinado debe ser pagado por el consumidor.
Hemos pasado también de una tradición en la que las poblaciones se asentaban
junto al agua, a otra pretensión: que el agua vaya a donde existe población y
demanda; ampliando su inicial uso para abastecimientos con la producción
intensiva de alimentos, energía y actividades lúdicas.
Con todo, se ha constatado en los últimos años un cambio de actitud en la
sociedad en general, un cambio en la mentalidad del uso del agua que aboga por
aprovechar racionalmente este recurso. Paralelamente a este cambio han surgido
también nuevos planteamientos técnicos que posibilitan precisamente un uso más
racional del agua.
En este sentido cabe destacar la posibilidad de utilizar procesos en todo el
ciclo del agua: desde su captación, hasta su vertido, pasando por su uso,
regulación o depuración. El objetivo: aprovechar este recurso en su justa
medida, evitando todo tipo de derroches. De hecho, y con el fin de potenciar los
recursos hídricos, el Gobierno aragonés ha puesto en marcha el Plan Especial de
Depuración que prevé la construcción de 177 nuevas obras que permitirán que en
Aragón se depure el 90% de sus aguas residuales.
A lo largo de la historia, los aragoneses, conscientes de que el agua es la
fuente de la vida, sabemos también que el agua es fuente de desarrollo, de
riqueza y también de conflictos. Varios elementos caracterizan a Aragón en
materia de agua: su escasez en determinadas partes del territorio, el caudal
cíclico de sus ríos que en ocasiones es tan mínimo que exige una cuidada
regulación, las divergencias entre los usuarios, que necesitan del agua para su
desarrollo, y los afectados, es decir, quienes viven en las zonas potenciales de
regulación del agua.
Ante esta situación la posición de los socialistas aragoneses es la de
propiciar el encuentro para la búsqueda de soluciones. Así se constató en 1992
cuando todos los partidos políticos suscribieron un acuerdo unánime: el Pacto
del Agua.
La amenaza del trasvase del Ebro fue un duro golpe para las perspectivas de
futuro y desarrollo de los aragoneses, quienes desde el primer momento y de
una forma mayoritaria y contundente se opusieron al mismo.
La llegada al Gobierno de la nación del Partido Socialista, hace un año,
supuso la derogación del trasvase y, con ello, la recuperación de la ilusión por
el futuro y la garantía de desarrollo. A partir de ese momento, tanto el
Gobierno de Aragón como todos los partidos políticos, los agentes sociales,
medios de comunicación y otras entidades e instituciones, comenzaron a trabajar
para buscar un foro de encuentro donde se debatieran las necesidades hídricas de
Aragón y se propusieran las actuaciones correspondientes. A través del diálogo y
con esfuerzo por parte de todos se han ido alcanzando importantes acuerdos. El
desbloqueo para el recrecimiento de Yesa y el acuerdo mayoritario para hacerlo
hasta la cota media, la unanimidad para desechar Santaliestra y apostar por el
embalse de San Salvador, son algunos ejemplos de esta nueva etapa que se ha
abierto en Aragón.
El planteamiento de los socialistas aragoneses una vez eliminada la amenaza
del trasvase sigue siendo la búsqueda de actuaciones y soluciones para optimizar
el agua en Aragón, apostando por un uso racional de este recurso que posibilite
el desarrollo de los regadíos y la agricultura, el crecimiento de la industria,
el impulso al sector del turismo y las actividades de ocio y garanticen el
abastecimiento de nuestros pueblos y ciudades. Una vez alcanzados estos
acuerdos, desde el PSOE de Aragón manifestamos nuestro apoyo firme y decidido
para la financiación y ejecución de los mismos.